USO DE CAMAS DE SERRÍN PARA ALOJAMIENTOS DE VERRACOS: CONSIDERACIONES I

Podemos encontrar distintos tipos de suelos en los alojamientos de los verracos en los centros de inseminación (CIAs) de porcino. Entre ellos, el suelo enrejillado ha sido utilizado ampliamente en estas instalaciones, ya que favorece una limpieza óptima de los alojamientos con un bajo coste de tiempo y personal dedicado a esta tarea. Sin embargo, el uso de este tipo de suelo provoca lesiones en las pezuñas pudiendo llegar a provocar la pérdida de hasta un 10 % de los verracos por problemas de cojeras.

El alto valor genético y económico que han alcanzado los verracos en los últimos años y la importancia que tiene el bienestar de estos para mantener unos niveles óptimos de productividad y calidad seminal, hace necesario el uso de otras alternativas al enrejillado, como son la paja y el serrín.

El serrín proporciona a los verracos una amortiguación de su peso corporal, los cuales con el tiempo se hacen más pesados y requieren de suelos menos duros para prolongar el buen estado de sus pezuñas y articulaciones. Esto hace que se incremente la vida útil de los verracos, se reduzcan las pérdidas por cojeras, los costes en medicaciones y el uso de antibióticos.

Además, el serrín contribuye a mejorar el bienestar de los verracos, ya que tiene una gran capacidad para absorber líquidos y olores (manteniendo al animal seco), capacidad para mantener el calor, aumentando el confort de los animales, sobre todo en los meses de invierno y proporciona un elemento enriquecedor de su entorno (los verracos pueden explorar su entorno hozando, lo que les aporta entretenimiento, se construyen su cama, etc.).

Si decidimos utilizar este material como cama, debemos tener en cuenta una serie de consideraciones.

• El tamaño de partícula es un factor importante a tener en cuenta a la hora de seleccionar el serrín. Un tamaño de partícula demasiado fino reduce la capacidad de absorción de este, lo que resulta en encharcamientos de la cama y una reducción de la vida útil del serrín. En consecuencia, aumenta el estés de los animales y el tiempo de trabajo dedicado a la limpieza de las cuadras. Además, puede provocar daños en las vías respiratorias de los machos por inhalación de partículas. Es por todo esto, que se recomiendan tamaños de partícula de entre 3 a 6 cm (viruta de serrín).

• Presencia de tóxicos y micotoxinas. Las maderas pueden contar con elementos orgánicos potencialmente tóxicos. En este sentido, se sabe que hay ciertas maderas que pueden resultar tóxicas para los cerdos, como por ejemplo la madera de elondo (prohibida en la UE) o las de pino y cedro de las que se han visto efectos nocivos a largo plazo en otras especies.

Las maderas también pueden haber sido tratadas para evitar la proliferación de hongos, insectos, etc. Estos productos pueden resultar tóxicos para los verracos a través de la ingestión del serrín. Un ejemplo de esto último es el Fenpropimorph, que se usa para tratar la madera contra los hongos. En los verracos cursa con baja fertilidad por degeneración de epitelio germinal, reduciendo la espermatogénesis y la espermiogénesis (Schulze et al., 2021).

Bajo ciertas condiciones de humedad y temperatura, los hongos pueden proliferar en las maderas, y por lo tanto, provocar la aparición de micotoxinas. Aunque este fenómeno está más asociado a otros materiales como la paja. Además, se ha observado que la propia madera posee de forma natural compuestos fenólicos capaces de inhibir el crecimiento de ciertos tipos de hongos y disminuir la producción de micotoxinas (Montibus et al. 2021).

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