Hans Olijslagers
Aunque la edición genética es considerada por algunos como el futuro de la agricultura, en la industria porcina aun está en pañales. Por buenas razones, según nuestra opinión.
La edición genética es una tecnología muy prometedora. Puede contribuir a resolver algunos de los principales desafíos globales como la escasez de alimentos o ayudar en la lucha contra algunos problemas de salud humana. Sin embargo, la aplicación práctica de la edición genética en los programas de cría y mejora porcina y su utilización como parte de la cadena alimenticia es, por ahora, inviable, por distintas causas. Social, tecnológica, económica y éticamente inviable.
En muchas partes del mundo, la producción porcina afronta enormes y crecientes desafíos en lo que se refiere a la aceptación social del sector y sus actividades. Dado que la edición genética causa mucha oposición y preocupaciones éticas, su utilización comercial en la producción de cerdos podría ser una seria amenaza para el consumo del cerdo en el futuro.
Esta preocupación ha sido expresada por muchos distribuidores y minoristas en todo el mundo y nosotros respaldamos esas preocupaciones. Más aún, nosotros somos conocedores de la complejidad de esta tecnología y la investigación en edición genética en cerdos ha obtenido una tasa de éxito muy limitada. La industria porcina no puede permitirse el escándalo que podría suponer verse asociado con esto.
Económicamente, los costes asociados al uso de esta tecnología van más allá de la propia edición de genes y la creación de nuevas poblaciones. Puesto que los organismos modificados genéticamente (GMO, por sus siglas en inglés) no son ni serán aceptados en todos los mercados globales, será necesario mantener siempre poblaciones que no hayan sido modificadas genéticamente. Construir y mantener dos poblaciones de núcleo en paralelo es muy costoso. No solo detendrá el progreso genético por un periodo de cuatro años, además, implicará demasiado dinero para un negocio económicamente viable.
Finalmente, la aplicación de la edición genética para mejorar la resistencia a ciertos virus, como por ejemplo frente al PRRS, es potencialmente peligrosa para la salud (incluso humana). Los virus que han hecho frente a situaciones de resistencia han demostrado su capacidad para mutar, en ocasiones con potencia riesgo zoonótico, y el virus del PRRS es bien conocido por su alta capacidad para mutar y su capacidad de adaptación.
Con más de un siglo de experiencia en progreso genético, creemos firmemente en la importancia de una selección equilibrada. Un progreso genético que contribuya a la sociedad y a la industria, ahora y mañana.
No somos contrarios a la edición genética en si misma. Para algunos de los principales problemas actuales, como hacer frente a enfermedades genéticas en humanos o ayudar a la seguridad alimentaria con cultivos resistentes a la sequía, la edición de genes puede cambiar las reglas del juego.
Los usos de esta tecnología que se investigan actualmente en los programas de mejora porcino no son, por el contrario, ninguna revolución. Simplemente aumentan la velocidad de progreso genético. Progreso que también puede ser logrado de forma natural, como lo demuestran los programas de cría basados en la innovación, como lo hace el nuestro. Y en nuestra opinión, el progreso genético que se puede alcanzar naturalmente, debería ser logrado de forma natural.