Acabar con la caudofagia. Abordaje de un comportamiento anormal

Roos Vogelzang dirige un proyecto de investigación de comportamientos anormales en primerizas. El proyecto se enfoca en cerdas con SINS (Síndrome de inflamación y necrosis en cerdos) desde el nacimiento al cebo.  El objetivo es encontrar la solución genética al daño en la piel tanto en línea pura como en animales cruzados, mejorando tanto el bienestar   animal y como el rendimiento económico.

Mejora de la rusticidad de todas las líneas

El proyecto se inició debido a la creciente preocupación por el bienestar animal y la inminente prohibición del corte de colas en Europa. Para abordar el comportamiento de mordeduras y evitar las pérdidas económicas, sabemos que las soluciones deben encontrarse dentro de Topigs Norsvin y el resto de la industria.  Animales con heridas o rabos mordidos son a menudo improductivos lo cual suele ser debido a la reducción del crecimiento e ingesta. Nuestro objetivo es mejorar el comportamiento de nuestras líneas, explica Vogelzang, asesora genética para el mercado holandés en Topigs Norsvin. El equipo está en mitad del periodo de 2 años de recopilación de datos.

Seguimiento del desarrollo

El estudio se lleva a cabo en 3 granjas diferentes. En cada granja, los investigadores siguen 2000 primerizas puras y cruzadas desde el nacimiento hasta el final de cebo. En las primeras 24 horas después del nacimiento, los lechones se revisan buscando cualquier síntoma de SINS, y se registra su peso y pedigrí. Vogelzang: “También comprobamos daños en el rabo, orejas y flancos a las 7 y 10 semanas de vida, y de nuevo a las 14 y 18 semanas y hasta el final del cebo. Categorizamos los daños en 4 categorías y continuamos pesando a la primerizas para controlar su desarrollo. Las primerizas son puntuadas proporcionalmente basándose en el número de camadas, dando continuidad y haciendo seguimiento a los resultados a lo largo del tiempo. La mayor parte de la puntación se realiza por estudiantes de la Licenciatura de Ciencias. Una vez que lo datos estén disponibles, estudiantes de Máster se harán cargo de su análisis. Habrá tantos datos que se podrá escribir una Tesis Doctoral con ellos. Además de las observaciones en granja, existen 6 salas climatizadas que son usadas para monitorizar el impacto del clima en las cerditas.

Un protocolo para puntuar el daño en las primerizas listas ya ha sido implementado en el programa de Selección de Topigs Norsvin, y servirá para recopilar datos en paralelo sobre daños en rabo, orejas y flancos usando la misma escala del 4 al 7. En total 90,000 primerizas han sido evaluadas cada año desde su implementación. Este protocolo de recogida de datos es resultado de un estudio que identificó que el 14% del total del daño en rabos y orejas tiene base genética. (4% directa y 10% indirectamente). Vogelzang: “Tenemos que validar ese 14%. Si es verdad, significa que nosotros los genetistas podemos marcar una gran diferencia, pero nunca podremos resolver el problema nosotros solos.  Tendremos que abordarlo juntos como sector.”

Complejidad del comportamiento de agresión y mordeduras de rabo

El problema de las mordeduras en cerdos es complejo y multifactorial, con factores involucrados como la calidad del pienso, calidad del agua, clima, iluminación y genética. Los cerdos pueden tener una predisposición genética a desarrollar SINS, lo cual les produce irritación y picor que provoca la necesidad de rascarse, haciéndolos más susceptibles a ser mordidos. Las mordeduras también pueden ser causadas por estrés a consecuencia del malestar físico y por las interacciones con los compañeros del corral. La investigación tiene como objetivo identificar factores ambientales y genéticos que contribuyen a las mordeduras de rabo, y posiblemente desarrollar un protocolo mundial de puntuación SINS o daños en las granjas, con el objetivo de reducir la incidencia de mordeduras en el futuro.

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